La crisis del coronavirus ha frenado en seco el avance de la sanidad pública en toda Europa, siendo España uno de los países donde más se refleja este declive del estado de bienestar.
Médicos, enfermeros y ahora fisioterapeutas han avisado que las consecuencias de este descenso en los recursos destinados a salud pública serán devastadoras a corto y medio plazo. Estos últimos han puesto énfasis en la rehabilitación, un servicio que según la OMS recibe solo la mitad de la población europea que lo necesite.
Son muchos los enfermos que necesitan un rehabilitador, bien por lesiones previas o por daños crónicos. No contar con este servicio, puede causar futuras lesiones y empeoramiento de la calidad de vida de los europeos.
Para la OMS, no invertir en este servicio, no solo perjudicará a los ciudadanos, también a las propias arcas de los países europeos que verán como aumentarán los enfermos que atender en el corto y medio plazo.
Según la Organización Mundial de la Salud, 390 millones de europeos necesitan este servicio. Los datos son abrumadores ya que solo la mitad de ellos puede acudir de forma gratuita a esta medicina curativa y, en ocasiones, preventiva.
La OMS ha instado a la Unión Europea a invertir en centros y profesionales para cubrir la demanda de un servicio a veces olvidado, pero clave para la atención primaria.